La banda argentina Julio y Agosto llegará a Montevideo por primera vez, aunque sea una ciudad que sus integrantes visitaron numerosas veces, los haya influenciado musicalmente y haya gente aquí que lo escucha desde sus inicios en 2007.
Tuvo que pasar tiempo para que llegara este septeto que construye su pop folk con instrumentos acústicos, pero ahora, las condiciones y el contexto fueron ideales para que lo hicieran. Julio y Agosto se presentarán este sábado junto a Los Prolijos en el ciclo Visitantes, una iniciativa que funciona como una suerte de autopista para que músicos de Argentina y Uruguay circulen más rápida y asiduamente.
Su primera edición fue en Buenos Aires, donde Los Prolijos compartieron escenario con los binacionales de Vúmetro, y ahora la banda de Fede Graña y Nicolás Román serán los anfitriones en la Sala Camacuá.
De estética y humor marcados, los Julio y Agosto traerán su más reciente disco, La niebla y la autopista, un trabajo que por primera vez en sus 10 años de carrera, incorporó a su sonido elementos eléctricos: guitarras y sintetizadores, y batería. Sobre esto nos cuenta Leandro Aspis, vocalista y responsable del trombón, piano y sintetizador.
Su banda primero empezó por la estética y después por la música. No es un camino usual, suele ser el inverso. ¿Cómo fueron creando el sonido de Julio y Agosto a partir de la estética?
No estamos seguros de que haya sido primero uno y después el otro. Lo más probable es que haya sido simultáneo. Lo que es seguro es que la afinidad en lo musical estuvo fuertemente acompañada por el gusto de los integrantes de la banda por la pintura, el dibujo y el humor. Algo del diálogo entre esos elementos indudablemente fue volcado a las letras y los paisajes musicales de la banda.
Son siete músicos y en ocasiones agregan más al escenario, ¿cómo es llevar adelante una banda tan populosa que casi es una orquesta? ¿Les es complicado en ocasiones encontrar espacios para tocar? ¿Ayuda el hecho de que sea más que nada instrumentos acústicos?
Es cierto que ser muchos músicos puede ser complicado a nivel organizativo y de costos, pero por suerte lo llevamos bastante bien. Con respecto a los lugares, tenemos la suerte de que nuestras canciones tienen la versatilidad para funcionar en dos sets distintos: el eléctrico y el acústico. Uno nos ha permitido tocar en grandes escenarios y lugares que funcionan mejor con volumen alto, y el otro no da acceso a espacios más pequeños e íntimos. Eso nos permite generar distintas experiencias, según el set que usemos.