Foto: Tali Kimelman
Kristel Latecki
En 2012 y tras la separación de Astroboy, Martín Rivero creó su primer disco solista: Estas cosas no son mías. Era un disco de base acústica, lejos de la distorsión y la personalidad rockera de su primer banda, pero con la misma intención melódica y popera que lo caracteriza. De aquel disco se destacó Carmesí, una balada dulce pero herida que logró permanecer en el tiempo, en la memoria de sus oyentes y más adelante como joya de algunos shows. Luego, sucedió el regreso por una noche de Astroboy, se unió a Campo y formó la banda Atlas.
Pero su siguiente trabajo en solitario se hizo esperar. “Me costó tanto darme cuenta que quería hacer hacer música solo. Me llevó años”, dice Martín. Hacer canciones es parte de su rutina, es algo que nunca se detiene. Algunas quedaron en el repertorio de Campo, otras se llevaron a Atlas, pero había un puñado que quedaban ahí sin otro dueño que él mismo.
“A veces te olvidás de que está bueno hacer algo que sea solamente tuyo. Solo por el hecho de hacerlo, con ningún afán”, afirma. “Por ejemplo, en la época de Astroboy queríamos mismo que conquistar el mundo. Lo teníamos en la cabeza. Por eso después nos separamos, porque no pudimos hacerlo. Pero justamente había abandonado hacer cosas por mí mismo, como que había perdido la confianza de que podía hacerlo”.
Estas cosas no son mías es un disco que no tocó mucho en vivo. No le veía sentido tocar. “Hice un par de shows y me resultaba re aburrido estar con la guitarra. Fue en la época de la explosión del folky, y yo no era eso”, dice. “Las canciones están de más, me encantan. De hecho, desde que lo hice todas las personas me preguntan cuándo haría otro disco tan divino como ese. Y yo que sé, no está tan divino. Pero me di cuenta que el problema era el encare. Podés hacer un disco solista pero no necesariamente tiene que ser solo. Podés encontrarle la vuelta colaborando con gente, invitando a gente a participar”.
Por eso, sus nuevas canciones las trabajó junto a cuatro productores diferentes: Guillermo Berta, Luis Angelero, Ino Guridi aka Isla Panorama y Mariano Esaín, que trabajó en todos los discos de Astroboy. Además, contó con las manos invitadas de Luciano Supervielle, Javier Vaz Martins, Roberto Rodino, Dinamita Pereda, Juan Braná y Juan Campodónico.
“Pensé un disco de un solista que no te aburra, que no sea de cantautor, de ‘cansautor’. Que todas las canciones realmente sean diferentes”, cuenta. “Si bien este disco es rock/pop cada canción te tira una cosa totalmente diferente a la otra. Me hice la idea de hacer un disco que fuese divertido y que fuera con muchos colaboradores. A partir de ahí me resultó copado hacer un álbum solista”.
Entre Shanghai y Montevideo, solo y colaborando, Martín fue construyendo La espuma de las horas. Es un disco conciso de ocho bellísimos temas, que mapean un viaje interior que recorre géneros y reúne historias de inspiración literaria.
Lo que sigue es una larga charla condensada en un repaso track a track, donde el músico habla de inspiraciones, referencias, detalles de la composición, y nos guía en su nuevo mundo sonoro.