Kristel Latecki

La voz de Lu Ferreira ya es ampliamente conocida y resuena con fuerza, destacándose por su potencia y su capacidad interpretativa. Ahora la cantante se dará a conocer más desde u otro perfil: el de cantautora.

Hoy a las 21 se presentará en la Sala Zitarrosa con su nueva banda y sus flamantes canciones, junto al grupo argentino Duratierra como invitados.

Sobre este próximo show, sus canciones y lo que la inspira hablamos con Lu.

La vez pasada que hablamos contabas de tus comienzos y tus primeras canciones, en especial El amor sabe andar. ¿Qué pasó desde entonces? ¿Cuándo tomaste la decisión de retomar tus canciones?
Cada vez compongo más, cada día me siento más inspirada y abierta a componer y experimentar. Toco con músicos que me apoyan en esa búsqueda y que entienden el lenguaje que manejo. Mis canciones pararon en un momento de conflicto existencial mío, pero siempre estuvieron esperando que yo me aclare y ahora estoy queriendo compartirlas.

¿Cómo fue surgiendo la composición? ¿Es un trabajo que se compatibiliza con el de La Tabaré?
La composición está desde siempre, canto hace muchísimo y siempre hubo lugar para crear, de manera más concreta y formal compuse El amor sabe andar hace algo así como 10 años y fue la primera canción que me animé a mostrar en público. Paralelamente eso convive con La Tabare de manera fluida.

En ese sentido, ya hace unos 5 años que estás con al banda. ¿Qué aprendizaje hiciste dentro de La Tabaré y te llevás para tu proyecto solista?
Si bien hay muchísimo aprendizaje no sé si hay cosas concretas que pueda mencionar, siempre digo que La Tabaré me ha modificado, entonces seguro que esa experiencia me influye a la hora de tomar decisiones artísticas, humanas y técnicas dentro de mi proyecto.

¿Qué podés adelantar del disco? ¿Tiene canciones de la veta de El amor sabe andar?
Muchas de las canciones ya han sido tocadas en vivo, muchas de ellas desde hace varios años. Hablo de cómo experimento y percibo la vida, generalmente mi composición parece que se ve tentada por esas temáticas muy íntimas y a la vez medio universales. Esa sería la «veta» que las une.

¿En qué etapa se encuentra? 
Están las canciones, están lxs músicos, están las ganas, este año entramos a grabar.

¿Cómo fuiste armando tu nueva banda? ¿Qué podés contar de ellos?
Surgió esta fecha en Sala Zitarrosa dentro de los planes 2019 y tenía que ser con banda, el momento lo pedía.
Sebo Delgado es el guitarrista, venimos haciendo las canciones en formato dúo con el desde hace más de dos años y se generó un entendimiento tremendo. Cototo Cuello es el bajista, ya habíamos tenido una instancia el año pasado haciendo mis canciones, hemos tocado en otros proyectos juntos y me siento muy cómoda. Coby Acosta es el baterista, nos conocemos hace como siete años. Él formó parte de la banda que yo tenía en ese entonces, es un tipo muy versátil, que tiene tremenda sensibilidad musical y además es amigo de Sebo y Cototo, me parecía ideal que fuera parte. Lu Romero es la tecladista. Tenía muchas ganas de que hubiera otro instrumento armónico, y en el momento de pensar quién podría ser la persona, con Sebo recordamos haber compartido escenario con ella en un show que hicimos con Franny Glass en el que tocó el teclado, la trompeta, ¡y además metía coros! Dijimos: «ta, es ella».
Además de todo los quiero mucho, son personas sensibles y generosas y eso es lo que más valoro.

¿Sentís que en estos años hayas cambiado como performer y cantautora? 
Sí, siento que cambio todo el tiempo. Todos los días descubro algo nuevo.

En ese sentido, ¿hay una diferencia entre la Lucía de La Tabaré y la Lucía solista?
Están las diferencias evidentes en cuanto al contenido artístico, la estética, las canciones que interpreto. Lo que todo el mundo puede percibir. Y también está la diferencia en cuanto a cómo lo vivo cuando canto mis temas la responsabilidad que siento es diferente, es mi mensaje. Pero siempre soy yo al servicio de las canciones.

¿Qué te motiva o te inspira a la hora de componer?
En general la composición me toma por sorpresa. En mi caso no es una decisión consciente la de componer, estoy caminando, o en casa tranqui y surgen melodías y palabras. Eso se complementa con la guitarra o el teclado y luego se hace canción.

Me imagino que el desafío de llevar al escenario tus propias canciones y defenderlas es grande. ¿Cómo lo encarás? ¿Sentís que sea (a falta de una mejor o menos bastardeada palabra) empoderante?
Por un lado es un desafío y por otro es lo que soy. Entonces el desafío está en poder ser lo que una es y mostrase así, sin ocultar nada. Compartir la música.