Kristel Latecki
Gabriel primero fue Punisher. Descubrió el hip hop cuando encontró a sus amigos del barrio haciendo freestyle en la esquina. Volvió a su casa y buscó en internet qué era esto de la improvisación, y se topó con el mundo de las rimas y las batallas. En ese momento dejó de escuchar “cumbia en el parlante” y se pasó al rap. “Yo iba a la esquina con 14 años bien con vocecita de gurí chico y los bardeaba a todos”, cuenta. “Me empecé a anotar en competencias, empecé a organizarlas, me cree un grupo de amigos que estaban para esa y ahí me quedé”.
Su identidad de castigador la adoptó de manera simple: siempre se aparecía con un buzo del personaje de Marvel, lo cual hizo que los más grandes lo apodaran “pequeño puni”. Cuando se anotó en su primera batalla fue como colocarse la máscara y alimentar su sed de venganza.
Pero hace poco tiempo decidió adoptar otro perfil, uno que representa su otro lado creativo. Gavo es el que firma Última Lágrima, el primer disco de Gabriel y seguidor de una serie de videos en cinco volúmenes titulado Don’t Cry.
“Puni es el que batalla y Gavo el músico”, explica. “No me identifico como Punisher escribiendo. Puni guerrea, y no es lo mismo que cuando escribo. Por eso quería algo distinto. Gavo me dicen hace mucho y decidí hacer ese cambio. Escribiendo soy más yo, trato de transmitir lo que soy como persona. El detalle de la v es por vago”, dice riéndose. “Gavo es una anagrama de vago, que es una palabra que me identifica demasiado”.
Por más vago que sea, Gabriel trabajó duro para hacer de Punisher un peso pesado del freestyle. Y ahora es el turno de hacer lo mismo con Gavo. Hoy presenta Última Lágrima en Inmigrantes, y sobre todas sus facetas, sobre la emoción y sus letras, hablamos hace unos meses con él.
¿Cómo eran tus primeros freestyle?
Todo el tiempo era bardear al otro. Era todo competitivo. Aparte de contar lo que estaba pasando en el momento siempre iba al golpe. Las batallas son algo que me gusta mucho, la adrenalina y la competitividad está de más.
¿Cual fue tu primera batalla importante?
Las Knock Out Batallas atrás de la Facultad de Ingeniería. Estábamos todos como locos. Creamos una competencia que era el Callejón 18 que después se volvió la más importante del país, pero la creamos como método de entrenamiento para esa competencia que la organizaba Gula.
Nosotros éramos los pibes más chicos, con Naicen, Choper, estábamos ahí practicando y nosotros íbamos a ganarle a JT, a Hache, a AVR. Esos eran los polenta que batallaban en Payadores Urbanos. La primera vez que Naicen le ganó a JT fue una locura, no lo podíamos creer. ¡Mirá la nueva escuela! (Risas)
¿Cuántos años tenían ahí?
Naicen y yo teníamos 15.
¿Cuándo ganaste tu primera competencia?
No sé… Las primeras que gané fueron las de Callejón 18 de entrenamiento. La primera posta posta fue la Knockout que ahora no me acuerdo cuando fue. Creo que gané dos.
¿Y qué se sintió ganar?
Llegás a esa meta y te quedás conforme en el momento, pero después pensás: «¿y ahora qué?”. Otra más grande. Volver a ganar. Quedarme con el titulo. Que estos que le gané no me ganen.
Y es todo práctica, mucha práctica. De hecho hubo un año que no pude batallar porque había nacido mi hermano, mis viejos laburaban mucho y lo cuidaba yo. No tenía tiempo para nada, pero nada. Y cuando volví la pasé horrible. No le ganaba a nadie, no rimaba nada. Después retomé y con unos meses más de practica volví a poner aceite. Estaba oxidado.