Marilina Bertoldi viene a modernizar el rock

Rocío Frigerio

Rocío Frigerio

Kristel Latecki 

Con Prender un fuego, Marilina Bertoldi incendió todo. Cada escenario por el que pasó, los medios a los que dio entrevistas, a los Premios Gardel y al mismísimo rock argentino. Llegó para decir lo que tenía que decir y para cambiar todo, o al menos ofrecer una nueva versión, una alternativa a lo viejo.

Con la voracidad y la intensidad de un incendio dominó este último año, con el Gardel de Oro como gran antorcha, y -junto a varios de su generación- se puso al hombro la tarea de limpiar terreno para que nuevas cosas crezcan tras su paso.

Después de dos años Marilina regresa a Montevideo en el momento justo de su carrera, y llega con el objetivo claro de inspirarnos y motivarnos a salir y hacer cosas. Antes de su show de hoy en La Trastienda charlamos sobre los escenarios, el enojo y su necesidad de salirse de las categorías para modernizar al rock.

El fin de semana pasado en Buenos Aires fue la Marcha del Orgullo y vi un pedacito del show que diste en la previa, delante de miles de personas. ¿Cómo lo viviste estar ahí en un momento tan importante?
Fue un momento clave de mi año. Creo que fue uno de los momentos más hermosos de mi año respecto a mi carrera musical. Y personal también, fue algo muy importante. ¿Por qué? Porque me encontré con algo que vengo agitando mucho: con un público con el que quiero encontrarme, al que quiero hacer crecer, al que le quiero dar todo lo que tengo. Y es un público al que yo pertenezco, con el que me voy a tomar una birra. Es el público que somos toda la comunidad queer y todos quienes están dentro, que también hay algunos que no son literalmente de la comunidad.
Fue un nivel de festejo, de entrega, de perfo, de cosas hermosas que sucedieron compartiendo un norte en común. Fue hermoso. La verdad que me sentí en casa.

Y el traje que tenías es de un diseñador uruguayo (@mr.yeezuscool).
¡Exactamente! Sí, me enteré que era uruguayo después. Era increíble ese traje. Me lo probé justo ese día, pero ya lo tenía fichado. Y cuando me lo puse dije: “sí. Ya está, tengo todo lo que quiero”. 

Dicho esto, en este último año que creciste exponencialmente, tus looks y tu estética fue acompañando. En una entrevista con Rolling Stone habías dicho que necesitabas armarte de un personaje para subirte al escenario. ¿Cómo te sentís ahora con eso?
Me siento muy bien porque lo entendí completamente. Entendí de dónde viene también esa necesidad. Siento que en el escenario soy la persona que quiero ser, mi propia superhéroe. No soy un personaje inventado o ficticio, soy yo como me gustaría ser todos los días. Alguien con mucha seguridades, alguien con mucha actitud, alguien a la que no le pasan por arriba. Yo siento que soy así, pero en la vida cotidiana siempre me cuesta. Soy muy tímida, siempre digo todo el tiempo que sí y me cuesta decir que no. A pesar de que trato de ser esa persona, tengo internalizado eso de que tenés la necesidad de decir algo, no te sale y de da vergüenza. Todo lo otro sale a la luz cuando estoy en el escenario. Ahí no tengo miedo, piso y salgo con todo. Es un lugar de mucha libertad.

Como persona tímida, ¿tener que transformarte en una voz pública y política te costó?
No me costó. O sea, es un primer paso que sí en principio cuesta. Pero cuando empezás a decir quien sos, sobre todo en casos como el mío que no soy una mujer heterosexual clásica que tiene que decir que le gustan los chicos y ya, ya decir quién sos es político. Y es muy necesario también, porque es salir del closet, ¿no? Es inevitablemente un closet porque es más cómodo no decirlo. Pero en el momento que lo empezás a decir pasa algo que nadie te dice, y es que te sentís excelente (risas). Te sentís muy bien y te encontrás con el público que tenés que encontrarte. Y empezás a hacer crecer también a ese público. Lo empezás a reunir y a decir: “estamos acá, vamos a festejar, no hay nada que temer”. Lo decís y lo empezás a naturalizar cada vez más. Empieza a pasar eso. Y no es que me siguen solo las lesbianas, hay un montón de chicas que ven que hay una piba que están diciendo las cosas. Y están cómodas, relajadas, en reuniones con personas que piensan igual que ellas. Y eso es hermoso y es el gran beneficio de ser con libertad.

Esta es una conversación que hemos tenido con muchas artistas de acá: la falta de referentes y cómo se siente siendo mujer arriba del escenario esa devolución de la gente, esa identificación. Y eso es impresionante. Vos has comentado al respecto al hablar de María Gabriela Epumer, que era una artista que vivía en un mundo de hombres y fue punta de lanza.
Y sin saberlo. Porque ella no tenía idea que lo estaba haciendo, creo. Y es loco porque es difícil encontrar en el pasado carreras de artistas mujeres que hayan desarrollado un concepto en sus discos. Cantaban canciones sí, y sin faltarle el respeto a ese tipo de artistas que las amamos. Pero ella desarrollaba un concepto y lo iba desplegando en sus canciones y a través de sus discos. Creo que también hay que estar investigando qué es lo que buscamos de los artistas. Confiar en eso; escuchar un disco y ver a dónde va ese viaje. Porque te habla, porque en algún punto te incentiva, te inspira. Y siento que sí, mientras más artistas haya de ese estilo va a ser más naturalizado. Quizás hay chicas que se sueñan estando en mi lugar, que quieran ser Marilina. Pero el día de mañana idealmente lo que van a decir es: "quiero ser yo arriba del escenario porque sé que lo puedo hacer". Y porque no se lo cuestionan. Lo más común va a ser ver a una piba en el escenario, punto. Y bueno, para eso estamos.

¿En esa búsqueda de hacer algo propio fue que tomaste la decisión de producir tu propio disco? ¿De tomar las riendas de tu proyecto y hacerlo vos misma?
No, me fue inevitable. Cada vez que alguien intentaba al menos producirme ya inmediatamente chocaba, porque la verdad es que lo que no estaba entendiendo hasta ese momento es que nadie era mejor que yo para entender a dónde tenía que ir y cómo tenía que sonar. Hasta que en un momento dije: “basta, yo necesito hacerme cargo”. Y me hice cargo y me gané un Gardel de Oro (risas). Obviamente tengo un montón de gente para agradecer, pero esto me lo gané yo, y es algo muy zarpado. No tiene que venir en forma de premio para que puedas ver esas cosas, pero a mí personalmente en mi historia de vida me pasó eso. Y es muy zarpado la verdad. No tenés que seguir necesariamente la fórmula que todo el mundo te dice: “andá con el productor estrella que te va a asesorar en cómo hay que sonar". No, quizás sonando como vos querés sonar y punto también puede pasar. Es re loco. Todo puede pasar, nada es una fórmula matemática y es lindo de saberlo.

¿Qué es lo que más te enorgullece de ese disco?
Eso: es el disco con el que me di cuenta, con el que me hice cargo, con el que empecé a investigar en ese sentido. Ya venía investigando, pero en una etapa ya se lo daba a alguien más porque no me animaba. Obviamente siempre estuve metida en las producciones desde el día uno, pero siempre detrás del nombre de alguien más, por miedo, ¿viste? Pero en este dije: “ya está, soy yo”, y me encanta. No me importa lo que me diga nadie, esto para mí esta bien. Esa confianza me llevó muchos años.

¿Y de donde viene la frase “Estaba enojada y ahora estoy preparada”?
Era el momento supongo. Bueno, estamos todas enojadas, compartamos ese enojo. Pero ya está, basta de estar enojadas, que esto nos prepare de algún modo a hacer lo que hay que hacer. Es hora de hacer. Basta de estar llorando por lo que nos pasó. Todas las vivencias compartámoslas, charlémoslas, pero es hora de que esto sea nuestro, porque nos dimos cuenta de la mentira del mundo. Y me salió así de una, rimaba perfecto y era un gran mensaje que siento. Las cosas se dan, cayó y listo, lo escribí. No sé si fue un momento hollywoodense como que todos esperamos que ese momento sea, “¡wow lo entendí!”. No, lo estaba cantando mientras armaba la letra y cayó perfecto. Fueron un montón de cosas que cayeron justo en el momento. Y sí, fue un gran mensaje.

Y que la gente haga remeras y pancartas cuando hay marchas es fuerte.
¡Sí! Es que me parece una buena frase que incluso me da fuerzas a mí. Yo vivo enojada obviamente. Inmediatamente me subo al escenario y ya estoy enojada. Me agarra un enojo que lo pongo en las canciones y se lo tiro a la gente. Para mí es muy importante enojarse en esos momentos, es algo que no nos permitimos. Siempre me dijeron que no sea tan calentona, tenía todos los motivos para hacerlo y siempre me comí esa bronca. Que después se desenvuelve de formas que no van. Entonces, hagamos algo productivo con esto. Para mí es ponerlo en canciones, en decir las cosas en las notas, es enfrentarme y pelearme con la gente con la que me tengo que pelear públicamente. Es tomar decisiones a partir de eso y no quedarme en la actitud de “ya está me enojé”. No, hagamos algo con esto. 

¿A nivel sonoro Prender un fuego cómo sentís que evolucionó? O más bien, ¿qué querías explorar a nivel instrumental?
Específicamente tiene mucho que ver con una forma de componer con el programa que estaba usando que era el Pro Tools. Empecé a trabajar mucho con guitarras de línea, samples y unos sintes nuevos que me había comprado. Estaba empezando a explorar en toda esa sonoridad. Estaba aprendiendo a producirme, porque siento que no puedo producir a nadie más, solo a mí. Y estaba investigando mucho en una sonoridad más abierta: hay algo que me gusta del sonido de como suenan los CDs, suenan distinto. Los 90s me gustan mucho. Estaba en esa búsqueda, y ahora sigo explorando pero creo que con una conciencia mucho más grande. Todo ese entendimiento me agarró casi en la mitad del disco, por lo cual ahora ya lo encaro directamente así y ya siento que estoy sonando muy distinto a este último disco.

¿Se manifiesta eso un poco con el cambio de la distorsión power y suciedad de Sexo con modelos, al más aire que tiene Prender un fuego?
Total. Estoy abandonando el rock en ese sentido. Esto no suena tan rockero porque lo estoy abandonando completamente. Soy un artista de rock alternativo si se quiere, pero no me quiero quedar más en un estilo. Lo que salga va a salir y lo voy a encarar con mucho amor.

¿Ya estás componiendo entonces para un disco nuevo?
Sí, ya tengo un montonazo de temas. Nunca paro de componer. La verdad es que la composición siempre está, y estoy muy motivada últimamente porque ya entré de lleno. Estoy todo el tiempo motivada, me gusta muchísimo y me divierte. Es lo que más me gusta hacer. Así que sí, tengo muchos temas. 

Decís que estás abandonando entonces ese rock tradicional, por así decirlo, y está genial. ¿Qué podés adelantar entonces?
Lo que vendrá es una propuesta de modernización del rock en algún sentido. Es un nuevo estilo que parte de las raíces del rock obviamente, pero ya supongo que se llamará distinto en algún momento. Todo el rock alternativo de ahora creo que el día de mañana tendrá otro nombre. Mi propuesta parte de cómo llevar el rock a ese otro lugar, que me parece necesario como un nuevo sonido. Una lavada de cara. Para mí está buenísimo, me muero por sacarlo.

Bueno, estás volviendo a Montevideo después de dos años, y tal vez sea el momento ideal.
Sí, tengo muchas ganas de ir. Además, inmediatamente que lanzamos la fecha se vendieron muchas entradas, lo cual yo no esperaba y estoy muy manija. Deseo para el año que viene -esto ya siento que es el año que viene-, empezar a pisar nuevos escenarios, empezar a estar ahí y a llevar toda esta inspiración a mucha gente, porque es lo que más pretendo. ¿Cómo se va la gente de mi show? Espero que inspirada, con ganas de hacer más cosas. Quiero transmitirles esa energía, “che, acá está el cambio”. Vamos, construyamos, lo que quieras hacer se puede. 
Llevo a toda la banda, llevo a un show muy zarpado. Es la primera vez que me permiten además hacer esto, las veces que fui fue: "bueno, hacemos lo que podemos". No, ahora llevo todo y lo vamos a hacer estallar. Vamos a tratar de generar un virus que se empiece a esparcir y empiecen a aparecer cosas zarpadas a partir de esto. La idea es hacer crecer todo. Ojalá muchas se vayan entendiendo que lo pueden hacer, solo tienen que arrancar ya. Estamos ahí para bancar todas las movidas que surjan.