Llega una nueva entrega de las #PremierFaro con el estreno mundial del videoclip de Cenizas en el piso. En él, la banda española Los Pilotos nos hace bailar sin pausa acompañándose de la colombiana Pedrina.
La intención de Los Pilotos es ambiciosa: dar forma a un tratado de música electrónica popular latinoamericana contemporánea. Ese es el desafío que asumieron Banin y Florent, miembros de Los Planetas, al embarcarse en la creación de Alianza Atlántica, próximo trabajo de la banda en el que participan a catorce artistas latinoamericanos.
Así, a cuentagotas van llegando los resultados de tan estimulante iniciativa; la primera entrega fue El ciclo de las mareas, con la colaboración del trío dominicano Mula, y ahora llega Cenizas en el piso, un tema que trasciende el feat sin más y en el que la colombiana Pedrina –autora de la letra y coautora, junto a Banin, de la música–, enlaza su voz a la trama electrónica dispuesta por Florent y Banin para describir la desolación que queda al final del amor. El videoclip, en blanco y negro, está inspirado en el surrealismo tardío de Maya Deren, artista ucraniana que desarrolló su trabajo en los Estados Unidos.
El propio Banin nos habla del tema en cuestión: “Cenizas en el piso fue un tema inesperado y espontáneo. La realización del disco tuvo que ser muy bien planeada por su naturaleza colaborativa. Elegir a los artistas y asignarles la canción que mejor se podía adaptar a su estilo fue una tarea cuidadosa y elaborada. Sin embargo Cenizas en el piso surgió casi de la casualidad. A Pedrina le dimos dos canciones para que eligiera la opción que más le apeteciera, una con letra y melodía de voz para que simplemente hiciera su interpretación, y otra sin esos elementos, para que creara la melodía y la letra. Primero nos mandó una prueba con la que no tenía melodía ni letra que nos encantó. Y luego, nos mandó una prueba con la otra, pero ella había decidido quitar nuestra melodía y letra y poner las suyas. Y nos gustó todavía más. Pero la canción ya no era la misma, por lo que hubo que hacerla desde cero adaptándonos a lo que nos había mandado. Le subimos los beats, le añadimos un bajo con la Roland TB303, tres secuencias complementarias con distintos sintetizadores y guitarras en los estribillos. Y casi sin quererlo, se convirtió en una de las canciones más importantes del álbum”.