Entre la felicidad y la tristeza, Barbi Recanati encontró un nuevo disco

Mercedes Cotoli

Kristel Latecki

Este sábado 5 de agosto Barbi Recanati vuelve a la Sala Zitarrosa, esta vez con un nuevo disco: El Final de las Cosas. Será un show de seguro imperdible, la primera parada de la gira eléctrica que la llevará luego junto a su banda completa (con Juan Manuel Segovia, Lux Raptor, Marilina Bertoldi y Tomás Molina Lera) por varias ciudades argentinas.

“El show de Montevideo tal vez sea el más especial de toda la gira porque es el primero”, cuenta Barbi. “Así que estamos ahí, probando la primera lista de temas. Probando por primera vez las canciones; son por lo menos cinco que nunca tocamos antes”. 

Así como lo hizo en su trabajo anterior, Ubicación en Tiempo Real, la música y productora nos trae un conjunto de canciones estoicas, nuevas pero muy vividas, que exploran la oscuridad sin perder el humor. De eso justamente hablamos en esta charla.

Vamos a meternos dentro de El Final de las Cosas. Quiero saber, ¿cuáles fueron los primeros pasos para crear este trabajo? ¿Cuál era el mood que que que estaba en torno a estas canciones que quedaron en el disco?
La verdad es que no sé si hubo un momento, un clima particular, porque fue un disco que se hizo en dos partes. Una parte fue desde el primer momento que empezamos a grabar Fin del Mundo hace un año y medio. Entré a grabar un disco, hice esa canción y dije: "che, no. Necesito más tiempo". Me tomé un año más, y recién este verano volví a grabar y ahí dije: "bueno, ahora sí". Empezamos a sacarle polvo a los demos, y eso fue largo. Entonces, es difícil decir que hubo un clima que unió todo eso. 

Sin embargo, en las dos semanas previas a entregar el disco en mayo, aparecieron cuatro canciones nuevas que terminaron siendo la mitad del disco, y que reemplazaron la mitad ya grabada. Y eso sí tuvo un clima. Tuvo un clima como de adrenalina, de querer hacer un disco en dos semanas, ¿no? Como que de repente, por alguna razón, encontramos un sonido y un concepto que antes no habíamos encontrado. Y empezamos primero a estar un nivel de stress innecesario, pero también un entusiasmo. Un entusiasmo nuevo, que no solamente nos daba ganas de hacer el disco, sino que nos daba muchas ganas de mostrarlo. 

¿Qué era lo que sentías, que no te sentías pronta en ese momento?
No sé si puedo decir exacto qué fue, pero... soy muy emocional con las canciones. Y si no tengo ganas de estar en el estudio grabando, no es el momento para estar en el estudio grabando. Es el momento para estar haciendo otra cosa. A mí por suerte el arte me da ese beneficio de poder elegir no hacer ciertas cosas. Hay diferentes cosas para hacer y no me siento obligada a hacer ninguna. Entonces, entré a grabar y no tenía ganas. Esa es la verdad. Entonces decidí tomarme más tiempo. 

Está buenísimo tener esa libertad para poder hacerlo a tu manera y tu ritmo. 
Sí, yo creo que si te dedicás a la música siempre tenés esa libertad. Después bueno, cada uno se come el cuento que se quiere comer con los tiempos y las exigencias que se quiere poner a sí mismo. Pero la libertad siempre está.

¿Cuáles eran esas canciones que salieron al final? 
Fueron: Lo Hice Mío, Arte Arte Arte, Caja de Cristal y Delorian. Y Esta Noche fue la última, fue una de las primeras en empezarse y una de las últimas en terminarse. Estuvimos casi un año con esa canción. 

Terminaron siendo canciones bastante protagonistas, ¿no? 
Para colmo, sí.

Mi pregunta sobre cuál era el mood fue porque como escucha se siente un ambiente que puede atravesar todo el disco. Hay algo melancólico sí, pero más que nada como en contacto con su oscuridad. Aparecen ciertas frases, ciertos momentos que me parecían que estaban mirando a lo oscuro, enfrentándose a eso y bancándoselo. 
Sí, re. Yo creo que una de las cosas que me pasaron en los últimos años de no estar grabando o de estar tocando poco, fue encontrarme con que la mayoría de las personas que conocía estaban tristes, ¿no? Inclusive cuando mostraban otra cosa. Que todo el mundo estaba mal. Sin importar lo que les estaba pasando. Había personas que estaban teniendo hijos, otras que estaban perdiendo trabajos, otras que estaban ganando un montón de plata, y todo estaba mal. Y nada, siento que yo estuve haciendo un esfuerzo muy grande por tratar de entender cómo estar bien. Y no tanto mirando lo que me pasaba a mí, sino también mirando lo que le pasaba a los demás. Y eso me ayudó mucho a escribir. 

En ese sentido me fui anotando con un montón de frases que me resonaron. En Arte Arte Arte: "Yo soy más feliz y mucho más triste que antes". Es un poco eso, ¿no? 
Sí. Me pasó que fue que los últimos años noté como este tópico de conversación muy alrededor de lo generacional, ¿no? Como "la nueva generación", "la vieja generación", "la nueva ola", "la vieja ola". Y me gustó ser firme con dónde estoy parada yo. Yo soy joven, pero no soy una nueva generación. Nací en los 80s y tengo un montón de desventajas por eso. Hay un montón de cosas que no las entiendo, que me las pierdo y que quedo afuera. Pero también tengo un montón de ventajas. Hay un montón de cosas que viví y cosas que me salieron muy mal, y después pude ver cómo es el final de las cosas. Pude ver cómo es que las cosas te salgan muy mal y después estar muy bien. Y creo que todas esas ventajas está bueno apropiárselas. Y para mí la mayoría de las letras se pararon desde ese lugar. De poder escribir de lo que sé y de lo que vivo. Como, no solamente daría cringe que yo usara la palabra "cringe" en una canción, sino que me estaría perdiendo un montón de oportunidades. Porque estar cerca de los 40, tener un hijo, trabajar de esto, y tener 20 años haciendo música es algo que tal vez es mucho menos común que tener 20 años y tener una banda. Y me pareció que estaba bueno hablar de eso. Y se me hizo muy fácil. Se me hizo muy fácil y divertido. Como: "ah, tipo, es re oscura la adultez". (Risas) Es mucho más oscura que la adolescencia. Y creo que es soy mucho más feliz y triste que antes, creo que significa eso. 

También que hay un tinte de humor ahí, ¿no? 
¡Obvio! En todas las canciones hay un tinte de humor. Pero porque también soy así y es mi forma. La oscuridad yo transito con un tinte de humor. 

Otro tema que me da adultez es Lo Hice Mío y todo lo que habla de la culpa. Eso está heavy también. 
Sí. Lo Hice Mío creo que también es un poco una oda a todo eso. Creo que la gracia era hacer la épica de la nada. Me pareció que todos podemos hacer de la nada algo épico. Si en una canción le ponés una trompeta y le ponés una vuelta de rosca a la letra, todo puede ser una historia de vida. Y un poco es eso. 

¿Por eso elegiste esta instrumentación medio country, western, dramática? 
Sí, era un poco la idea. Sentí que todos tenemos una vida de películas y si le ponemos una trompeta y una buena música. 

Es muy main character energy, ¿no? 
Sí. (Risas) Es una canción con main character energy, exacto.

A la hora de tocar te fuiste liberando un poco de la guitarra. ¿Sentís que se te abrió nuevas posibilidades de interpretación o fisicalidad. Se te ve bailando un montón, por ejemplo. 
Sí, yo creo que las canciones están compuestas desde un lugar donde me da mucha más libertad física y vocal. Porque me permito mucho más cantar despacio, cantar lento, cantar suave. Hasta mis 30 me la pasé gritando. Y eso para mí es nuevo. De hecho, en este disco me permito gritar, en Ubicación en Tiempo Real no. 

¿Cuál es tu canción favorita de este disco para tocar? Bueno, eso lo vas a ver recién ahora en la gira.
Sí, tengo que salir a tocar. Para mí es Caja de Cristal, pero vengo ensayando y la verdad que Arte Arte Arte es un momento bastante eufórico. Está buenísimo. 

Este año se cumplen cinco años de la fundación de Goza Records. ¿En qué andan? 
Y la verdad que Goza Records era un proyecto de un año, y el segundo aparecieron un montón de talleres y cuestiones, y después vino la pandemia. Yo no tenía intenciones de continuarlo, pero me escribieron tantas bandas pidiendo ayuda para subir sus discos, que terminó virando en una sub distribuidora digital, donde ayudamos a artistas a subir sus canciones, que tal vez no tienen tanta llegada como para que una distribuidora grande les dé el espacio. Así que nos dedicamos de lleno a eso, que es lo que podemos hacer. Porque es un sello ad honorem.

¿Cuál sería tu rol en este momento? ¿Hay cierta curaduría? 
Yo soy la que sube todas las canciones y todo. (Risas) Hay una chica que se llama Marta que recibe los mails y filtra, que es tal vez el trabajo más complejo del sello, porque recibimos mucho material y muchos mensajes. Después yo subo los discos y todos los meses me tomo un momento para ayudar a esas bandas y hacer todo ese laburo. 

En una entrevista que te hizo Gustavo Sala dijiste que eras muy vaga. Pero sin embargo, en el tema Cosas estás todo el tiempo haciendo cosas. Estás en Futurock, trabajando en Goza Records…
Es que estoy todo el tiempo haciendo cosas. Una cosa no quita la otra. (Risas) Si pudiera no hacerlo, no las haría. Viste que hay personas que no pueden no estar haciendo nada. No es mi caso. O como esa gente que dice: "si gano la quiniela me abriría franquicias". No, yo administraría el dinero para que me dure hasta el día que me muera sin hacer nada. Viajaría y comería, para siempre. Ese es mi sueño: viajar y comer. Y ni siquiera viajar tanto porque me estresa un poco viajar. No viajaría muy seguido. Me iría dos meses a París a comer y mirar veredas. Y si no puedo hacer eso, lo hago en casa. Entonces, soy muy de sentarme a tomar un cafecito. Me encanta ir a la plaza con mi hijo. Él juega y yo estoy mirando árboles y pajaritos. 

Mucha contemplación entonces. 
Sí. Soy vaga. Me encanta. Me llevo un libro y soy muy de decir "es miércoles, son las 11 y estoy acá. Gracias universo". (Risas)