Kristel Latecki

La voz de Mariana Lucía hipnotiza. Tiene esa inequivoca cadencia abrasilerada, que cuando canta se transforma en una melosa ondulación, pero que al hablar se atraviesa con la jerga montevideana y el resultado es igual de embelezante. En su cantar, en sus letras y en su conversación, Mariana demuestra es una tipa de mundo, de varios mundos. Del fado y del pop más radial, de Uruguay, Brasil y ahora Colombia. Porque este año la cantautora puso sus canciones en una valija y decidió mudarse a otro país donde la música se respira a diario, y presentarlas a nuevos oídos.

Esas canciones que conforman su cuarto disco, Mi corazón bombón, recibieron tres nominaciones a los Premios Graffiti: Mejor álbum de música popular y canción urbana, Mejor álbum de pop y Mejor solista femenina del año, tres categorías que no solo demuestran su rango sonoro, pero también destacan su habilidad para componer canciones pegadizas, de sensibilidad pop y con raíces en el cancionero uruguayo y brasileño.

Continuando el especial de los Premios Graffiti, cuya ceremonia principal será el 9 de agosto, Mariana cuenta cómo la recibió este nuevo país, cómo pegaron sus canciones allí y su regreso a los escenarios montevideanos.