Socio según Socio. La creación de su debut 10 años después

Kristel Latecki

Hace 10 años y en principio renuentemente, Federico Lima comenzó un proyecto solista creando un personaje al que llamó Socio. Ideó su personalidad y produjo su sonido de manera precisa: este era un narrador de historias, una mosca en la pared de escenas cotidianas, que construía sus canciones con una mezcla muy particular de reggae, electrónica y folclore. 

Su disco debut llevó su mismo nombre y su repentino éxito hizo que Miss Wichita, banda que lideraba luego de la separación de Loop Lascano, se reformulara para tocar estas nuevas canciones.

Con este álbum Federico logró reafirmarse como compositor y productor, y se demostró a sí mismo y al público que no estaba ni cerca de ser un one hit wonder. De hecho, varios de sus tracks pueden considerarse perfectamente hits: Click Click Click, Hola querida cómo estás y sobre todo Nos fuimos estrellando, que fue el Tema del Año según los Premios Graffiti 2009. 

Para celebrar sus 10 años sobre los escenarios, Socio se presentará este sábado en La Trastienda Samsung repasando su historia disco a disco con amigos invitados. Y para recordar cómo empezó todo, charlamos con Federico para que nos metiera en la creación de Socio, el artista y el disco.

 

En varias ocasiones has contado que te había costado arrancar con Socio por todo lo que había pasado con Loop Lascano y Gris. ¿Cómo comenzó la construcción de este personaje o artista que es Socio?
La génesis fue bastante particular porque fue azarosa. Yo tenía unas canciones que las llevaba a Miss Wichita y no funcionaban. Las tocábamos y no pasaba nada, algo había que no funcionaba. Señor Capitán era la que tenía. Estaba en la vuelta esa canción, cada tanto la tocaba, algún amigo la escuchaba y me decía "qué buena que está". Hasta que en un fogón Nicolás Fervenza -yo trabajaba en ese momento con los No Te Va Gustar laburando de técnico-, escucha la canción y me sugiere hacer un disco solista con eso. Yo le digo que no, no me parecía buena idea. Pero al otro día el loco me insiste y me ofrece una mano. Estuvo toda la semana insistiendo hasta que me convenció. Me convenció el desafío, y pensar que si tenía que hacer un disco solista, tenía que hacer algo muy diferente a lo que hice siempre. Eso fue lo que me gustó de la idea: me permitía hacer otra cosa y reflotar algo de mí que no estaba. 

¿En ese momento estabas tocando con Miss Wichita?
Estaba tranqui. Estábamos terminando el disco básicamente, eso debe haber sido en 2006. 
Y me acordé del folklore, y esa cosa más Café Tacuba que me gustaba. Y también en ese momento estaba metido en la vorágine de Mono Roots, entonces el reggae era algo fuerte. Todo eso se juntó e hice nueve canciones. Grabé un demo a guitarra y voz, y con eso Nico viajo a Argentina, se lo mostró a un amigo mánager, que le gustó y entre los dos empezaron a armar el proyecto del disco. A mí me gustaba la base rítmica de Mono Roots y con ellos se hizo el primer disco. 

El productor de ese disco fue Chávez. ¿Quién era?
Chávez es un argentino que conocía a través de unos discos que hizo. Chávez es el fundador de Árbol, él hizo las primeras canciones. Él estaba generando toda una movida de mescolanzas con hip hop, reggae, cumbia y todo junto. Él se juntó con la pata argentina del proyecto, y cuando caí ya sabía quién era. 
Cuando nos juntamos le dije “yo quiero hacer un disco así”, y le tire cuatro titulares: “que sea hip hopero, que sea reggae, que sea acústico y medio stoner”. Un bolazo le tiré, y el tipo cumplió con todos esos requisitos. Había un rock medio acústico, medio pesado a veces, era hip hopero, el folklore estaba, el reggae también. Hicimos click enseguida. Hice la preproducción con él y después fuimos todos y grabamos. Eso fue en 2007. 
A su vez yo estaba terminando el disco de Miss Wichita. Se terminó en 2007 y salió a fines del año. Y el disco de Socio salió a principios de 2008.

¿En ese momento que pasó con Miss Wichita?
El disco salió pero fue mal llevado, fue poco difundido. Nosotros le pusimos Fuera de tiempo y lugar porque ya sabíamos que estaba destinado a que no pasara mucho en ese momento. No fue de gusto, pero éramos conscientes de la música que estábamos haciendo, y sabíamos que no tenía mucha cabida. Veníamos medio contracorriente. Era difícil de tocar porque no era una banda tradicional: era bata, guitarra, violín, flauta traversa. Era complicado de llevar al vivo, pero fue bueno como experiencia, como desafío.
Salió el disco de Socio y le fue bien de una, entonces me empecé más a dedicar a eso. Obvio, porque también era una cosa más mía. Y Miss Wichita quedó en el camino. Estábamos más para una cosa bailable y discotequera, y en ese momento no estaba mucho eso, todavía estaba fuerte la generación del 2000 y el rock latino, lo que habían generado La Vela y No Te Va Gustar, y eso que era más glamoroso y maquinoso, que sí tenía que ver con Loop Lascano, como una continuación más funkera. 
En un momento Miss Wichita y Socio terminaron siendo lo mismo, porque con la formación que grabó el disco no pudimos tocar mucho. Japo estaba con No Te Va Gustar, entonces no estaba nunca. José que era el batero de Miss Wichita y venía de Loop Lascano pasó a tocar la batería. El Checo ya estaba tocando en la banda, entonces en realidad era lo mismo. Lo que hicimos fue decidir por cual proyecto nos la jugábamos y fue por este.

¿Cómo estableciste esas categorías sonoras que querías dejar plasmadas en el disco?
Fue algo que inventé, como inventé al personaje. En ese momento pensé qué quería decir con esto, porque ya venía escribiendo cosas y me di cuenta que Socio podía ser un personaje. A partir de eso armé el diseño sonoro del personaje.

Definime entonces cómo era ese personaje.
A mí me gustó verlo como un narrador, puede ser social o de cosas cotidianas. De hecho eso se vio mucho en las letras, porque lo que hice fue cambiar la manera de escribir a algo más directo y sencillo de lo que escribía antes. Y era también una cosa más personal, porque la música me lo pedía. Era folklore y todo eso era más sencillo.
Y también había una cosa más sonora. Cuando hice Nos fuimos estrellando, la idea fue hacer un reggae pero medio Depeche Mode, que sea medio oscurito, un poco techno. Había un desarrollo de producción mía de cómo quería sonar. Y así lo fui armando. Por eso cuando caí con el productor algo ya tenía, y él me ayudó a llegar ahí, a ese lugar.

En su momento recuerdo que lo que resultó atractivo o lo que atrapó a la gente fue la mezcla elementos electrónicos con los del folklore. También era un momento donde el formato cantautor estaba pegando mas porque solo se podía tocar en lugares chicos con formatos pequeños. Es un disco de un momento y de un lugar.
Claro, y además tenía el reggae que era algo que en ese momento pasaba. Yo lo veía con Mono Roots, porque tocaba todas las semanas jueves, viernes y sábados. Había algo que estaba pasando. 

Pero como decías, es un reggae pero no es uno directo. Es un reggae pasado por máquinas.
Claro, era la idea. Yo más o menos con la melodía buscaba que sonara a eso.

Decías que Señor Capitán fue la primera canción que comenzó este proceso.
Sí, ya era diferente a las canciones que yo traía a Miss Wichita o Loop Lascano. Tenía otros acordes. Me acuerdo que cuando la hice para mí fue un logro a nivel armónico, pero en sí esa no tenía el germen de Socio, era una cosa diferente nomás. Fue sí la que dio el puntapié. La canción central para mí era Nos fuimos estrellando. Porque fue la que yo diseñé. Aunque es una canción con la que no tengo un vínculo emotivo, no es algo que me haya pasado ni nada, es 100% ficticia. Es el guion de un corto. De esa canción en realidad lo que más me gusta es el final, que existió recién después que terminé la letra. Todo ese cambio, de las voces que se van repitiendo, se van mezclando una con otra. Pero fue consecuencia de haberlo terminado. Y la letra la hice en 10 minutos. No es un vínculo afectivo sino un logro artístico.

También fue el hit del disco.
Claro. Esa canción me ayudí de salir de esa historia de one hit wonder que tenía de Loop Lascano. A pesar de que Gris no fue una canción que había hecho solo, para nada, en realidad fui la segunda parte de es la composición de esa canción, sí tenía el peso de la historia de Loop Lascano. Entonces, con esa canción pude ver que solito podía hacer esto y tenía una vida artística que corría. Lo que estuvo bueno de esa canción fue sacarme ese peso de encima.

Me acuerdo que cuando salió el disco la gente nos sabía bien quién era Socio. No teníamos las herramientas digitales que tenemos hoy. Entonces era un pequeño misterio, no sabías quién era la persona detrás del personaje y eso estaba bueno.
Estaba bueno sí. A mí me permitió esconderme un poco y mantener mi vida aparte de eso. Pero en un momento fue algo de lo que me arrepentí un poco. Ahora ya no, porque cambió tanto todo en estos años que lo que está bueno es que el nombre ya tiene más propiedad. Ahora alude a la banda que hay y el Socio que está ahí remando contigo. Pero en su momento fue algo extraño. Me acuerdo que en 2009 me invitó a tocar Jaime Roos y en un DVD en vivo relata quienes fueron sus invitados y dice: (con voz de Jaime) "Socio, o Federico Lima, no se quién es el Socio". Él mismo no lo entendía mucho, y ahí un poco tomé la dimensión de que era medio confuso. La gente me pregunta si me dice Socio o Fede Lima, pero Socio es la banda. 

Socio es entonces un narrador. ¿Cómo fuiste reuniendo las historias para contar?
Las tomé de la vuelta. Nos fuimos estrellando lo tomé de una peleíta corta de verano, e hice un bolazo que no tenía nada que ver. En El borracho en realidad eran todos los mitos urbanos juntados con otro borracho que tenía en la esquina de la casa donde vivía y armé otro nuevo. Por ejemplo, la historia de Hola querida cómo estás, que habla de la violencia doméstica y también de la mujer sometida por dinero, es muy extraña. Necesitábamos una canción rápida para el disco y no teníamos. Viene Chávez y el me dice: “¿viste esas veteranas que los maridos las cagan a cuernos pero como tienen plata se quedan calladas?, escribí de eso”. Agarré e hice lo que pude. Franguinho pegou parece un bolazo, pero es sobre dos personas que tratan de conectarse pero en realidad no tienen nada que ver y nunca se encuentran del todo. Lo tomé de una pareja de amigos que andaban en esas vueltas.

Afiches de shows que cuelgan en el estudio casero de Federico.

Afiches de shows que cuelgan en el estudio casero de Federico.

Y hablando de comunicación, está Click click click.
Sí, esa tiene cosas de verdad. Esas fotos que se borraron, fue algo que me pasó de verdad. Fui agarrando cositas de la vuelta. 

Hablábamos de la repercusión que tuvo el disco a nivel del público, pero a nivel de la industria también: tuvo siete nominaciones a los Graffiti y ganó tres. 
Eso fue una locura para mí. Yo sentí que había conectado. Cómo te puedo decir... Yo era re fanático de Cerati, durante todo Loop Lascano y Miss Wichita era un referente para mí. Y en un momento dejo de serlo, dejé de escucharlo. ¿Y qué pasó ahí en el medio? ¿Qué fue lo que cambió? Dejé de escucharlo cuando empecé con Socio. A mí antes se me asociaba con algo más estético, en la letra y el sonido, y no como algo que tuviera que ver con llegar a la gente, más sincero o más directo. Y para mí Socio fue ese cambio, de conectarme con otras cosas. Siento que la devolución de eso fue inmediata. Por eso esas nominaciones. Saqué un disco que era mucho más personal y hablaba de cosas mucho más simples. 
Eso en su momento no lo vi, lo veo ahora que pasaron 10 años. De alguna manera Socio, ese narrador, me cambió la perspectiva de lo que yo era también. Ese proyecto me cambió, me hizo dejar de fijarme en unas cosas y fijarme en otras. Y ese camino fue largo. Mini Glorias fue otro escalón más de eso, mucho más visceral. En realidad me fui alejando de quién era y encontré una persona más linda. Siento que la banda me ayudó personalmente. Me ayudó como persona.

 

EntrevistaKristel LateckiSocio, Uruguay