Emmanuel Horvilleur: concentración y delirio

Agustín Dusserre

Ismael Viñoly

Emmanuel Horvilleur presentará Pitada el próximo 10 de marzo en La Trastienda. Un combo de canciones donde se resignifica en clave bucólica la obra de uno de los solistas fundamentales del rock argentino. PiiiLA se sentó a hablar con una versión adulta, renovada y reflexiva de Horvilleur. Interesado por el rol de la mujer en la música, contento por sus últimas pitadas musicales y entusiasmado con la idea de grabar una nueva canción con la familia Rada. 


Mi primer recuerdo solista contigo fue Radios. Recuerdo corearlo con un grupo de amigos, todos heteros, como si fuésemos una “barra brava”. Ese tema, en nuestro caso, abrió como una ventana para cierta heteroflexibilidad. Algo que me aparece como una marca muy tuya a la hora de presentarte y de componer.
Sí. Pienso que antes no existía esa etiqueta, pero que yo traía una sensibilidad diferente a la que manejaba el rock. Eso vino de cierta cosa que estuvo siempre en mí y que va más allá de una elección sexual. Obviamente siempre manejé lo andrógino y Radios es una canción bastante “gay”. Artistas como Prince o Bowie siempre han manejado ese usufructo de la suavidad: no somos tipos duros. Somos tipos que nos gusta el abanico de colores en todo tipo de sentidos.

A nosotros eso nos encantaba porque quizás veníamos de un rock más hetero, trancado y serio, de machotes. Contigo vimos otras ideas…
En los noventa a veces era salir a la calle y que me griten “puto” desde un camión. Hasta capaz que esa era la misma gente que le podía gritar a una mina “te hago de todo”.  Frente a eso uno desarrollaba una cosa de: “bueno sí loco, estoy más del lado de los putos que de los boludos como vos”.
En esa época íbamos a bailar a lugares compartidos con el mundo gay porque teníamos una sensibilidad en común. Eso estaba bueno, porque compartimos algo, sin necesariamente definirnos o estarnos preguntando qué es cada uno.

Hoy en día la música urbana es la música más mainstream del mundo. Y ustedes con Illya Kuryaki, desde hace treinta años que lo vienen haciendo.
En ese momento hacer rap era contracultural, ahora está en cualquier publicidad. Por eso creo que ahora es más difícil para un artista urbano hacer una música y destacarse. En aquella época con Dante era un poco más fácil. Obviamente que antes nos atacaban y nos decían que el rap no era música o que éramos gays. Pero, bueno viste ese tipo de jugadores, estilo Chilavert, que salen a la cancha y los putean y se fortalecen. A nosotros nos pasaba lo mismo.

Tenés décadas de carrera, viste varias edades de lo musical. El CD, lo digital, el streaming. ¿Qué cosas te gustan de cómo está funcionando la música ahora y cuáles no ?
Lo que me gusta es esta cosa democrática de que cualquier musique puede sacar su material. Ahora escuchás las canciones de los home studios y son buenos demos, que suenan muy bien y se pueden escuchar. Antes me acercaban cassettes que muchas veces escuchaba y pensaba: “pah, qué mal suenan”. Con el tiempo eso empezó a mejorar y ahora los demos suenan bien.
Por el contrario, actualmente siento que todo tiende a sonar un poco más igual. Cuando voy al chino parece que siempre fuese la misma canción de reggaetón con la misma armonía y la misma manera de cantar. Eso me parece que en algún punto está un poco digitado. Algunos artistas deben sentir que la canción está bien cuando cumple con un estándar y cuando un artista se sale de eso es cuando me interesa. Sea con una letra, con un ritmo o aunque esté recreando el rock de los setenta. Por ejemplo, hace un tiempo ví a una banda en el Lollapalooza, Greta Van Fleet. Sé que era una banda que no aportaba nada demasiado nuevo, pero a la vez era una banda que cantaba bien, tocaba bien y ver eso, es un festival de ahora me pareció que estaba bueno.

A mí me pasa eso con una banda como The War on Drugs, que me encanta. Pero cuando la escucho finalmente digo: “Ok, no hacen nada original o nuevo, pero lo hacen muy bien”.
A veces es original meterse en ese mood y respetar esa bandera. Otra de las cosas que tiene de bueno esta era –lo digo más allá del panfleto–, es la mujer. En los noventa era raro ver mujeres en la escena. Este tiempo puso a las mujeres en un lugar que realmente enriqueció a la escena. Más allá de que era un lugar que tenían que tener, me gusta lo que lo que suma artísticamente. Veo la cantidad de mujeres instrumentistas que hay en bandas y está buenísimo. Es algo súper positivo, era aburrido cuando éramos todos hombres.

Yendo a Pitada: en el álbum te veo concentrado, pero también jugando y haciendo cosas nuevas con tus canciones. Sos vos reflexionando sobre vos mismo. Por ejemplo, en Soy tu nena, la versión adopta una profundidad nueva y parece como cantaba por un cowboy que mira el desierto pensando en todo y mirando la nada. ¿Qué descubriste entre tus canciones?
Esto que acabas de hacer referencia está bueno. Saber que si las canciones armónicamente y en cuanto a la letra son cantadas e interpretadas de otra forma parece que dijesen otra cosa. Eso es increíble y descubrí eso. Cuando arranqué mi carrera solista siempre tuve en cuenta que iba a crecer y a cambiar. Sin embargo, esto no deja de ser un juego y Pitada me sirvió para decir lo mismo que dije hace quince años, pero de otra manera.
La pandemia no fue algo menor, eso también se plasmó. Entre las canciones habita la alegría de volver a tocar con los músicos. Tengo treinta años haciendo lo que hago y durante mucho tiempo fui un pendejo: arranqué a los dieciséis. De repente ese pendejo que ahora es un hombre quiere seguir jugando con lo que ya ha dicho. 

Por otra parte, en el video álbum del disco decís que el campo es un lugar que te lleva a la infancia. Creo que en cierto sentido acá está recreada la infancia de tus canciones.
Sí, la cosa más primal de cómo surgen las canciones. En casa siempre tengo la guitarra acústica y la agarro para tocar sin plan. Volver a las canciones sin maquillaje y un poco sentirlas como cuando nacieron está bueno. Siempre como solista he sido un músico muy producido. Sentí que era un lindo momento para mostrar algo más desprovisto y más desnudo.

En otro orden de cosas, siempre me interesa cuando hablo con cualquier mente creativa que es lo que les llama la atención de las nuevas generaciones. Además vos sos padre de André. ¿Qué cosas te llaman la atención de él a la hora de vincularse con su tiempo?
De André me llama la atención que le gusta mirar para atrás. Ver lo que había pasado. André está más ligado al fútbol, pero es un tipo al que le gusta investigar. Me gusta ese ejercicio, no como nostalgia, sino como para ver cómo nos hemos modelado para llegar hasta acá.
Por otro lado, siempre me interesa lo que los jóvenes están pelando. Veo cosas del R&B de los noventa que por ahí no pensé que iban a revisitarse. A diferencia de cuando en los 2000, lo cool era el rock, tipo The Strokes o White Stripes, y ahora por ahí no lo ves mucho como algo cool. El otro día me puse a escuchar el Nevermind de Nirvana y escuchaba lo podrido que es. Ahora ya casi no se escuchan guitarras en bandas de 20 años.
En la historia de la música y –sobre todo– de la música pop hay una cosa muy cíclica. Todo vuelve. Pero creo que ahora las cosas se van moviendo cada vez con un ritmo más acelerado. La música urbana tiene un valor y es que permite la fusión. Viste que hay un tema, el tema de Rauw Alejandro.

El tema del Papu Gómez…
Claro el del Papu, que tiene una armonía medio Tu hermana. Y tiene como un beat con una batería bastante funky. Es un reggaetón medio disco al que le está yendo re bien. Y de repente, hace poco puse la tele y vi a dos o tres bandas cambiando la base de reggaetón clásico y metiendo ese ritmo. De pronto vamos a escuchar muchos temas que vayan por esa onda funk.

Bueno, escuchaste Dance Crip de Trueno. Un temazo que tiene una base funk, la está rompiendo y que al final samplea a Coolo. El otro día lo puse en una fiesta y cuando sonó ese momento la gente re paró la oreja.
Bueno, esa canción es nuestro máximo hit. Y medio que nos han ido contando lo que ha pasado y cómo ha evolucionado. Hay una chica Arca, una venezolana tremenda, muy “artist” que le hizo un remix a Lady Gaga y en un momento aparece “a mover el coolo”. En Venezuela y en México fue un tema de cumpleaños de quince. Por eso está muy metida culturalmente.

Por último Emma, ¿cómo será tu show en La Trastienda y qué te copa de venir a Montevideo? 
El show va a estar buenísimo, voy con toda la banda y la idea es que venga Matías Rada. Y con respecto a la vista estoy contento porque en mi visita voy a grabar una canción con la familia Rada. Eso es algo que me tiene muy manija porque hace años que vengo con la idea, pero por la pandemia se viene postergando.