Fernando Ruiz Díaz: "Siento que Vanthra es lo mejor que hice"

Kristel Latecki


Fernando Ruiz Díaz se emociona al hablar de Canción Sola, uno de sus más recientes composiciones, inspirada en su hija Lila. Porque el primer EP de su nuevo proyecto alejado de Catupecu Machu carga con un pesado componente emotivo: además de estar marcado por la paternidad, lleva el dolor de no contar con su compañero de ruta, su hermano Gabriel.

Con Vanthra, el trío que lidera junto a sus amigos de larga data Charlie Noguera Pape Fioravanti, el músico decidió comenzar casi que de cero, y llevar sus canciones hacia lugares más interiores y agrestes.

“Yo quiero que venga todo el mundo porque realmente es un viaje tremendo”, dice sobre su próximo show, este viernes en La Trastienda Samsung. “Es un viaje diferente a Catupecu, es un viaje mántrico, tribal”. 

Parte de eso es notorio desde la composición de la banda: la clásica batería fue eliminada a favor de un bombo legüero y secuencias, mientras que Fernando se inclinó más hacia el bajo que la guitarra. Tiene otro aire. “Totalmente”, afirma. “Lo estoy disfrutando mucho y me liberó de un montón de cosas. Catupecu es una cosa muy grande. Y lo que tiene de bueno es que ya tiene vida propia, suena en todos los países, en la radio. Ya son temas que son clásicos. Y está ahí, puede trabajar un poco solo. Y yo me quería poner a prueba de vuelta, y salir de una zona de confort”.

Sin tener un disco en la calle el trío decidió salir a tocar y que la gente conociera por primera vez sus canciones en vivo y en directo. Recién en abril de este año editaron Capítulo 1, un EP de cinco track que será seguido pronto de una segunda parte. 

Sobre crear un nuevo grupo y las canciones que salieron de este proceso, nos cuenta Fernando.

 

¿Sentiste que necesitabas liberarte de la historia y el bagaje de Catupecu? ¿Salir de eso para meterte en algo más fresco y nuevo?
Claro, quería correrme del eje. Quería volver a ser Fernando Ruiz Díaz. Soy Fernando de Catupecu, lo voy a ser toda mi vida. Lo inventé a Catupecu, lo amo, es mi casa. Pero Vanthra es como tener la casa en el campo, ¿entendés? La otra casa. 

¿Es más una vacación en ese sentido?
Es una vacación larga. No un año sabático porque los momentos sabáticos no hacés nada. Al contrario, hasta estoy trabajando más que antes. Pero venía de estar en piloto automático. 

¿Cómo encontraste esos compañeros de ruta ideales para esto?
Charlie tiene 34 años creo, y desde los 17 era el técnico de guitarras y bajo que trabajaba conmigo. Después fue asistente, fue jefe de escenario, jefe de producción y manager de Catupecu. Y ahora es mi compañero y manager interno de Vanthra también. Yo siempre lo veía tocar, y es un animal. Yo llegaba a las pruebas y él estaba tocando. Es muy técnico, muy nerd, y a la vez tiene mucha energía. Y a Pape lo conocí de reuniones familiares porque es el cuñado de Agustín (Rocino, baterista de Catupecu). También es tremendo músico y productor, y tenía ganas de alguna vez hacer algo con él.  

Quedó también todo en familia.
Sí, quedo en familia. O sea, Vanthra es un desprendimiento, un riñón de Catupecu. claramente. Tampoco me pude separar tanto.

¿Fue un desafío que te pusiste intentar construir una identidad aparte de Catupecu?
A mí me gusta eso. Me gusta andar en moto, viajar, esquiar, surfear. Pero lo más peligroso de todo es hacer música (risas). A lo único que le tengo miedo es a la nueva canción. El otro día escuchaba El desierto de dios, y pensaba “ojalá alguna vez vuelva a hacer una canción tan grosa”. No digo grosa como que sea un hit, pero la escucho y digo “wow, qué canción”. Creo que esa y Viaje al miedo son las canciones más profundas que escribí. Me volvió a pasar otra vez que siento “uy, lo volvimos a hacer”.

¿Cómo nació ese tema?
Yo hago vinos con el enólogo Marcelo Pelleriti, que es un genio como Maradona en el vino. Un día destape un vino que se llama Linda Flor, y arranqué la letra diciendo "una linda flor". Mucha gente me pregunta si es del porro, pero no. Dice: “Una linda flor que destila fronteras”. Entrás en un viaje. Es un tema que escribí entre Mendoza, Córdoba, Buenos Aires y México. Atravesó mucho esa letra, y tiene mucho que ver con la inmensidad, del mar, del desierto. Y me hice esa pregunta: “¿cuál será el desierto de Dios? / donde hace eco su voz / donde se encuentra con sus mejores recuerdos / y cuál será el recuerdo que hoy se despida / y diga adiós / y nos deje la sangre nueva y vivo el cuerpo”. Esa fue una pregunta que me hice y fue canción. 

Hablabas de la canción y la importancia de ella. Y de eso habla Canción Sola: de defender esa pequeña obra.
Sí. Además, este disco esta muy atravesado por la venida a mi vida de mi hija Lila. Yo siempre flashé, porque nunca quise ser padre. Siempre digo que soy un profundo admirador de la mujer y siempre dije que salvan al mundo. Los hombres no sabemos mucho de la creación, nunca vamos a entender eso. Entonces, decía que no quería ser padre porque es una responsabilidad tremenda traer a este mundo a alguien. Pero si alguna vez llegaba a serlo, quería que naciera una mujer. Y a mis 44 años vino Lila. Ella vino sola, por eso ella es la canción sola que vino a curar mi canción sola. Por eso dice: “cuando danzas vivo”. Yo estaba en el estudio con este tema y ella se puso a bailar. “Cuando danzas vivo y me haces creer / que nunca ha existido el tiempo / que todo lo malo, la falla, el error / son casi de un mundo etéreo / que viniste hasta aquí a curar mi canción sola”. Te lo digo y me pongo a llorar. 
Aparte yo conocí el otro extremo de todo esto que es el dolor por mi hermano. Entonces fue la contracara de eso. Fue mucho resplandor ella. 

Es un disco que está atravesado entonces por esas dos contracaras
Sí, yo te diría que está atravesado por comprensiones de cosas que tienen que ver con mi hermano, con todo lo que viví en mi vida, y por Lila. Es muy Gaby y Lila. Por eso siento que Vanthra es lo mejor que hice. Más allá del éxito. Igual ya nos va re bien, pasó de todo, cosas que nunca lo hubiéramos imaginado. Sin que saliera el disco estuvimos de gira por México, tocamos en Cosquín Rock. Tocamos ahora en los dos Personal Fest, largamos al gira acá en Montevideo en La Trastienda. Es un delirio. Y todavía no salió la otra mitad del disco. Hicimos todo al revés. Por eso siento que es lo mejor que hice, en cuanto a profundidad, seriedad, compromiso. Es una cosa increíble.

¿Cuándo sale este segundo capítulo del disco?
El día que tocamos acá -fue medio a propósito- sale el primer adelanto de los seis temas que van a salir en digital, La canción que faltaba se llama. 
El show que haremos acá es algo que empezamos en México, que son los temas de Vanthra más versiones de Lo que quiero es que pises sin el suelo, A veces vuelvo, Magia veneno y una versión de Ella vendrá. 

Durante varios shows tocaron esas canciones sin que las conociera nadie. ¿Cómo te sentiste mostrando canciones ante un público que está acostumbrado a corear cada tema?
Alucinante. Todo lo contrario a lo que le podría pasar a un artista que vivió lo que viví yo, y  que se atiene a lo seguro. Yo me siento vivo. Me encantan los desafíos, la adrenalina de lo nuevo. Con Catupecu solo me falta una cosa: que mi hermano pudiera volver a tocar. Después siento que hice casi todo. Ya volverá en algún momento, pero ahora todo pasa por este viaje vánthrico. Me revivió el artista.