Rossana Taddei le canta al Cuerpo Eléctrico

Kristel Latecki

Inspirada por un colibrí que entró de improvisto en su sala de ensayo, y un poema de Walt Whitman, Rossana Taddei creó su decimoséptimo trabajo abrazando nuevamente al rock, además de la crudeza y la energía que eso implica.

En Cuerpo Eléctrico la autora hace gala de su voz, no haciendo grandes proezas –que las puede hacer-, sino que demostrando que puede romperse y elevarse en un mismo verso. Canta directamente y sin vueltas, pero cuando lo amerita y la canción lo pide, puede hacerse sus propios coros octavados y sacar a relucir sus habilidades líricas.

Pero como en el rock, lo que resalta a simple vista de Cuerpo Eléctrico es la distorsión y el arrojo que hacía tiempo no se veía en ella, así como también sus letras, que pueden hablar de personas que necesitan cortar con tanta amargura, reflexionar sobre la mente, o recurrir a un poema de Alfonsina Storni, que no es sorpresa que se aplique todavía al mundo actual. 

Este viernes Rossana presentará en el Auditorio Nacional Sodre este disco con un gran show junto a su banda completa: Gustavo Etchenique en batería, Alejandro Moya en bajo, Santiago Montoro y Alejandro Reyes en guitarras. Y participarán como invitados Eli-u Pena en coros, Sara Sabah y Gastón Ackermann en teclado y trompeta.

Antes de este importante show hablamos con Rossana y Gustavo.

 


Ya estuviste contando que te encontraste en la necesidad de agarrar la guitarra y abrazar de nuevo al rock. ¿Qué estaba pasando en la composición que llegaste a esa resolución?
Rossana Taddei:
Se dio natural. Hace dos años empezaron a nacer estas canciones y ellas ya como que pedían otro tratamiento, otro vestuario.

¿Cuál fue esa primera canción que te dijo: "es por acá"?
RT: Fábrica. Ya en la composición venía cantando lo que luego fue el riff. Eso ya tenía un perfil tajante, esa melodía no era para violín. Esto de componer con la guitarra eléctrica enchufada ya iba generando canciones que tienen esa semillita. Y después las fui ordenando en esas texturas, con esos sonidos y terminó teniendo ese concepto. Y también, estoy volviendo a la etapa en la que tocaba rock and roll y pop. La música me fue llevando por distintos lugares y ahora estoy de nuevo en este lugar, pero con todo lo que va pasando en el medio y lo que uno va aprendiendo e incorporando otras cosas. Si comparamos este disco con algún pariente dentro de los míos: Tu luz violeta, Feliz, Pescando en el cielo, no se parecen tampoco. Hay una incorporación de otras cosas.

¿Por ejemplo?
RT: Lo jazzístico. Yo de niña escuchaba mucha música, escuchaba el folklore que era lo que hacíamos. Como estaba en territorio suizo-italiano escuchaba mucha música italiana, me crié con eso. Pero también se escucha mucho jazz allá. Las partes de la improvisación jazzística se escuchan ahora en mi música y creo que un poco más en estos momentos. Sobre todo con la voz, pero los músicos con los que toco todos son muy versátiles. Son del palo rockero pero todos también son jazzeros. 

¿Cuando encontraste este camino rockero tuviste que adaptarte o cambiar algo en la metodología de composición o en la voz para seguir por ahí?
RT:
No, porque ya estaba ahí. La voz es el centro de mi instrumento, el centro de todo, porque mi música nace de ahí. Eso va unido al texto, pero las melodías y las texturas surgen del mismo tronco del árbol: la voz. 
Yo canto desde los 8 años, y pasé por distintos lugares de donde aprendí. En la escuela primaria en Suiza tenía una clase regular de canto. O sea que a los 8 ya estaba incorporando cómo respirar y todo eso. Después, volví al Uruguay en el 81 y a los 15 empecé a buscar una maestra de canto y me recomendaron a Virginia Castro, una maestra alucinante. Era mezzo soprano y hacía canto lirico, una señora impresionante que me marcó muchísimo. Y respeto que yo con mi voz no quería arrancar por lo lírico. Escuchaba mis primeras canciones con cuidado y me de daba discos de Joan Báez, porque decía que tenía ese color de voz. Ahí apareció la intervención de lo técnico en el instrumento. Después seguí yendo a dos maestras más. 
Y entreverado con todo eso, cantaba con las bandas de rock and roll que ya tenía. En ese genero la voz se convierte en algo más áspero, o donde lo técnico no importa. Entonces tenés que romper todo lo que aprendiste y usar la técnica a favor para no romperte la garganta. Y utilizar el canto más blanco, más llano, más directo, sin tantos vibratos. Un poco más crudo.
Para mí el viaje siempre fue trabajar la voz, probar y gozar con todas esas cosas.

Acá en el disco hay un punto medio entre ambos. Estás cantando rock con toda la técnica y lo florido que podés incorporar.
RT:
Sí, depende de la canción. Hay canciones donde la forma de decirlo es más hablado. Inclusive en Fábrica por ejemplo, la forma de cantar es más hablada. No estamos poniendo resonadores ni nada.

En Eso se sabe la manera es directa pero hay muchos adornos de voz.
RT: Hay staccatos, sí. Cosas del recurso lírico. En Qué diría también hay unas partes de lírico mezzo soprano que se parece mucho al metal (risas). Esas cosas a veces son como caricaturas, como un efecto. Es como utilizar la voz con pedales. Es un juego.

¿Qué canción captura más la esencia del Cuerpo Eléctrico?
RT: Torbellino Felino creo. Pero hay momentos como Limón que es más pop, tiene algo más de balada, pero el texto es bastante alimonado. 

Torbellino Felino es una canción muy rítmica, no solo por la música sino por la letra y la rima interna y la referencias dentro de los versos.
RT:
Sí, hay repeticiones, y las rimas hay que encontrarlas por ahí. Pero es muy rítmica sí. Esa tensión va con la emoción de lo que va diciendo y requería una cosa muy enérgica, porque ese texto encierra un drama, una tragedia oculta, pero a su vez puede ser sobre cualquier cosa. Sobre dos personas, sobre la vida, la muerte. 
Creo que es un disco que es un cuerpo eléctrico, un cuerpo físico, pero tiene también textos metafísicos. Como que tiene un contacto con algo que está más allá, algo místico que puede tener otras lecturas. Uno puede leerlo de manera simbólica y directa, o darle eso otra imagen y llevarlo a otro lugar. Todos los textos los trabajé buscando eso. Sí, quiero ser directa, pero quiero que el otro experimente con otras imágenes. Que pueda meter su historia. Eso creo que lo que hace es que nos acerquemos en la música.

Es una canción que como decías tiene tensión, pero tiene un puente que despeja y libera un poco esa energía. ¿Por qué decidieron incluirlo?
Gustavo Etchenique:
Porque es la resolución de esa situación. Ahí se libera esa tensión y se acepta lo que pasó en una cosa más relajada.
RT: Ahí se necesitaba esa apertura y viene naturalmente. Venís construyendo y cuando llega ese texto tiene que venir un mi mayor y se vuelve un campo hippie, entre los pastos. 
GE: Después volvemos con el riff y terminamos potente. 

Decías que hay canciones bien directas y Limón es una de ellas. Y es uno de los momentos más pop y hasta graciosos del disco.
RT: Sí. Viste que hay un sector humano que el drama le copa, le morbosea, le gusta y vibran con eso. Me parece súper nocivo para el colectivo humano y social, para la vida, que haya ese tipo de perfil. Decís "salió el sol" y te contestan "sí pero mañana va a llover". No me metas un limón que salió el sol y está divino. Es eso. Y bueno, el libar esos jugos gástricos solo perjudican primeramente a la persona que está en ese rollo, pero hay efectos secundarios para los que lo rodean. La canción habla de eso simpáticamente. No dice “dejate de joder”, dice “dejate de lamer ese limón”. Es ese mensaje directo y bello. Y esta invitada Eli-U que es la luz, lo más alejado de eso.

¿Por qué decidiste regrabar Poder Reír en francés?
RT: Es una canción que está siempre en mi repertorio. No sé si la única, pero desde que la hice hasta hoy no la dejé de tocar. Y de la primera grabación a la de ahora hay una diferencia. La primera salió en Saliendo al sol, un disco a dúo con Nico Mora, y esa fue la versión que Urufarma me pidió para la publicidad. Y la seguí tocando con banda, sin banda, de millones maneras. 
Esta versión es más relajada, más playera y en francés. Salió porque me invitaron en Argentina para la el Día Internacional de la Francofonía y la consigna es hacer un concierto en francés. Me quedó esa canción y la pusimos como bonus track. También hice un videoclip, que era un debe después de tantos años. Nunca fui muy amiga de seguir fórmulas, o el orden. En el palo musical sucede a través de los sellos que ordenan la cosa y hay determinadas secuencias de metodologías. Y yo hago todo al revés.

 

Rossana Taddei se presentará el viernes 10 en el Auditorio Nacional Sodre. Toda la información aquí.