Uruguay al Primavera Sound. Segunda Parte: Expedición Oriental

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Kristel Latecki

El viernes 31 fue el día D. La jornada más importante de Uruguay en el festival. Todas las fichas fuertes estaban puestas en el debut en el Day Pro, escenario ubicado en el CCCB, en el corazón de las actividades del Primavera Pro. La agenda musical del día estaba tomada por nuestro país, ocupando el slot de la tarde. Y por si fuera poco, Ibermúsicas ofreció un brindis para los participantes durante los shows. No hubo forma de no enterarse que Uruguay estaba en el Primavera y que llegó para volar algunas mentes.

A las 12 puntuales la delegación -a la cual se la denominó Expedición Oriental- partió en bloque hacia el CCCB, para realizar las pruebas de sonido, el reconocimiento del escenario, y por supuesto, también del backstage, que contó con camarines, catering y sillones para descansar. Como su nombre indica: absolutamente pro. 

Con el sol del Mediterráneo pegando fuerte, Phoro tuvo el desafío de conquistar al público con su sutil aplomo, su sombrío y encantador pop. Toda la banda fue lookeada a la perfección por el diseñador Nico Feast, con camisetas de tela transparente en tono azul medianoche, y en el caso de Phoro, con un palazzo negro en capas y un top que hacía juego con los chicos.

Su set incluyó canciones de Aljibe (2018), que versionadas por la banda adquieren cierta crudeza heredada del rock -fortalecida con la batería de Bruno Berocay y el bajo de Faba Sánchez- y ven reforzada su cualidad melódica e hipnótica de los tracks. Pero más allá de todo, generaron el espacio necesario para que Phoro se luzca verdaderamente con su atrapante interpretación y su poderosa voz. Asimismo, el solo en keytar de Sebastián Gagliardi en Duelo en el cielo merece mención aparte por su genial despliegue escénico y por transformarse en un momento destacado. 

Luego fue el turno de Eli Almic y DJ RC, que a fuerza de arengas hizo que el público atravesara la barrera del sol y se acercara para verdaderamente sentir sus letras y la intensidad de la banda. Ajustadísimos a nivel milimétrico, el impecable sexteto repasó todos los lanzamientos de Eli y RC, apoyándose en el excelente EP Reflejo (2018), y en las dos canciones que son ahora punta de lanza de su espectáculo: Brujas y Ayuda.

Acompañada desde el público por un puñado de chicas que se sabían todas las letras, Eli prendió fuego el patio, creando las primeras chispas a puño alzado y gritando el estribillo de Brujas, y luego con la más nueva Ayuda (canción ganadora del primer puesto de los Premios Nacionales de Música, el primer hip hop en conseguir este galardón), que con su estremecedora letra dejó al público en carne viva. 

Para entonces se puede decir que Uruguay tenía al público ganado y moviéndose al son de ritmos dentro de lo europeamente conocido. La segunda tanda de propuestas ofreció un mayor desafío para las caderas, pero los bailarines no se dieron por vencidos y aceptaron el desafío de seguir las cadencias locales.

El show de Bonish ofreció el ticket de ida hacia Latinoamérica. Pero no al continente que todos conocemos, sino a un territorio idílico, construido por el pastiche de sonidos que combinan aires brasileños, percusiones caribeñas y tambores candomberos, todo sobre la acolchada base de elegantes sintetizadores y estrictos beats. Fue además la perfecta musicalización de un atardecer adobado de cerveza, curiosidad y ganas de bailar.

Con un set que envolvía como en un espiral musical, el punto alto fue sin dudas Performer, tema de su reciente disco Nueve (2018), el primer disco de Bonish firmado como solista. La voz de María Paz cantando en portugués sobre ondulantes sintetizadores demostró ser ineludible para el cuerpo.

El cierre de la tarde estuvo a cargo de F5, que a la usanza uruguaya también puso toda la carne en el asador. Por primera vez el festival recibía candombe sobre su escenario, y para muchos oyentes seguro se trataría de su introducción a este ritmo. Por eso, el grupo -y la comitiva en su totalidad- apostaba que con este show se haría pirar al CCCB.

Su fusión futurista de candombe y electrónica cumplió el cometido. Dominando los tambores y tirando pasitos Mathías Silva, Wellington Silva y Guillermo Díaz de C1080 demostraron la plasticidad y el enorme poder aprehensivo que tiene el ritmo, suene donde suene, mientras que Lechuga Zafiro comandó tras las bandejas creando el marco móvil sobre el cual se construye el mundo atípico de F5.  

Tras un set que presentó sus dos temas debut estrenados recientemente (Basket y Tingo Tilingo), el grupo abrió el escenario para darle la bienvenida a seis tambores más, representantes de diferentes cuerdas de uruguayos residentes en Barcelona. Habiendo demostrado cómo suena el candombe tradicional, el paso siguiente fue armar una verdadera llamada que tomó por sorpresa y se metió en el medio del público, atrapándolos en la enérgica síncopa.  

Decir que fue un altísimo cierre de un genial debut es totalmente cierto, aunque un tanto frío. Es dejar afuera la emoción y cierto sentimiento patriótico que generó sentir el aplauso final en cada uno de los shows, y la plena satisfacción de ver el fruto de meses y meses de trabajo y esfuerzo por parte del equipo entero.    

De esta forma, la Expedición Oriental dejó en Barcelona un excelente e interesante muestreo por algunos de los nuevos sonidos que Uruguay tiene para ofrecer, despertando la sorpresa (primero que nada) y el interés de un público que no suele curiosear por estos lares para ver qué propuestas están explotando. Así, el Day Pro fue por un día uruguayo.   

Con la primera prueba superada con creces, la segunda se trataba de otra bestia totalmente diferente. Luego de la confortabilidad del CCCB, el sábado fue el turno del escenario Night Pro, ubicado en la mismísima entrada al predio del mismísimo Primavera Sound en el Parc del Fórum. Significó no solo un recálculo de los objetivos y las energías de cara a cada show, sino también meterse dentro del complejo engranaje que significa llevar a cabo un festival de estas colosas dimensiones.

El hotel Holliday Inn era el punto de encuentro para que los artistas fueran recogidos por vans oficiales del festival para poder así ingresar al predio. Una vez dentro, ver las entrañas del evento y su minuciosa organización fue un deleite en sí mismo.

Muchas de las personas que trabajan en el Primavera lo hacen desde hace años, algunos incluso hace más de 10. Algunes son extranjeros que viajan a Barcelona específicamente para esto, otres viven en diferentes puntos de España, otres tantes son catalanes. Al charlar transmiten la sensación de ser una gran familia que se encuentra una vez al año, para luego volver a sus vidas normales. Y un detalle no menor: en gran parte se trataba de mujeres las que ocupaban cargos de organización, control, transporte y técnica. 

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El sábado era el día de los platos fuertes: Solange, Rosalía, Nathy Peluso, J Balvin, James Blake, Pusha T, Stereolab, Jarvis Cocker, Lizzo, Kali Uchis y mil más. No iba a ser fácil ser extranjero en este cartel. De cualquier manera, la ubicación del escenario permitió capturar a la audiencia ni bien entraban al predio, y retener su atención durante unos minutos antes de que partieran a cumplir sus agendas.

El primer show uruguayo fue el de Bonish, que se subió al escenario unas horas después de que se abrieran las puertas. Su set electrónico con toques latinos conquistó a un puñado de bailarines y tuvo a un público sentado al sol desde el precioso living de una marca ubicado al costado del escenario. 

Luego fue el turno de Phoro, que tuvo la oportunidad de tocar a una hora súper apropiada para sus canciones: el atardecer. La atmósfera onírica de sus temas combinó a la perfección con las tonalidades y las pinceladas de luz que reflejaban de su top con lentejuelas. 

Caída la noche Eli Almic & DJ RC subieron al escenario en una versión menos arrojada que en el Day Pro, pero no por ello menos efectivos. Dejaron que las canciones fueran calentando a fuego lento para luego explotar. 

Después de verlos en varias ocasiones en Montevideo y tras acompañarlos en esta Expedición, puedo afirmar con tranquilidad que Eli Almic & DJ RC y la banda completada por Flavio Galmarini, Gonzalo Vivas, Santiago Gagliardi y Migue Nieto son de los mejores grupos para ver en vivo de la actualidad. 

En este escenario nuevamente F5 tuvo la tarea de dar el cierre a la jornada, y como sucedió el día anterior, consiguieron que un público de los más dispares orígenes y edades se quedara prendado del candombe y bailara despojada y desprejuiciadamente. Su propuesta -nacional pero global, profundamente innovadora y atractiva, de calidad de exportación-, se sincronizó a la perfección con el espíritu del festival. Y es obvio que no demorará en conquistar muchísimos más territorios. 

Con una audiencia más reducida pero no con menos garra. Así cerró Uruguay su primera participación en el Primavera Sound, cumpliendo las expectativas y dejando la puerta bien abierta para que entren más artistas en las próximas ediciones.